La noche de ayer los Denver Nuggets volvían a casa para recibir a Oklahoma City Thunder que buscaba confirmar matemáticamente aquel tercer puesto del Oeste que los deja detrás tan sólo de dos gigantes como los Spurs y los Warriors. Por su parte el equipo dueño de casa al contrario de lo que muchos preveían no ha tomado el camino del tanking, privilegiando el desarrollo de una cultura ganadora en vez de darse por derrotados a priori.
En síntesis un partido que en el papel era muy desigual, cuestión que se fue confirmando con el correr de los minutos en la medida Oklahoma iba sosteniendo una cómoda ventaja que llegó a ser de 75-47 sobre el ecuador del partido. Tamaña ventaja fue obra y arte de Russell Westbrook quien consiguió su 17° triple-doble de la temporadaal anotar 13 puntos, 14 rebotes y 12 asistencias. Con este logro el base del Thunder consigue igualar una marca que no se conseguía desde los tiempos en que Magic Jhonson lideraba a los Lakers durante la temporada 1988-1989. Sobre esta histórica conquista Russell Westbrook se refirió:
“Es un gran honor. Cuando te mencionan en la misma frase que Magic, siempre es bueno. Eso es algo que nunca se da por sentado”.
Pero no fue solo Russell el encargado de brillar, puesto que como era de esperar los Thunder sacaron ventaja en cada una de las posiciones del juego. Kevin Durant tuvo una gran noche anotando 26 puntos y entregando 8 asistencias en un partido en donde la consistencia en anotación del equipo de Oklahoma fue la clave para superar a su rival muy inconsistente a la hora de reducir una ventaja que sólo en el segundo cuarto se estiró hasta un 23-2 a favor de los visitantes. Bajo los tableros la labor no fue menor siendo Steven Adams y Serge Ibaka dos torres que se impusieron cada uno con 18 puntos y dominando los rebotes.
En el lado de los Nuggets más allá de las ganas, la verdad es que el equipo estuvo muy seco a la hora de anotar siendoGary Harris con 17 puntos y Emmanuel Mudiay con 15 los máximos anotadores para los de casa. Sobre todo estoMichael Malone comentó en un tono mucho más comprensivo a sus dirigidos que en anteriores oportunidades:
“Es un equipo de miedo, ellos tienen uno de los más altos octanages en ofensiva en la NBA y nosotros tuvimos una noche triste. Mientras en un parpadeo vimos la opción de que podíamos competir con ellos, a continuación se demostró lo lejos que estamos”
En resumen una noche perfecta para Oklahoma que con sólido pie logro confirmar el porqué son los terceros en el Oeste, buscando levantar un espacio de oportunidad entre dos caballos que apuestan a favoritos por ganar el titulo. Sobre el cierre de temporada el entrenador Billy Donovan respondió acerca de la interrogante de si dar descanso a sus jugadores, descartando en principio esta posibilidad por fundamentos técnicos:
“A veces cuando se le descanso a los jugadores le quitas ese ritmo, aunque eliminas el riesgo de lesión. Lo que vamos a hacer después de cada partido es evaluar la carga de cada jugador por individual”.
Lo que sigue durante los próximos días para los Thunder es viajar mañana a Portland para buscar seguir sacando chapa de candidato, mientras que el viernes los Nuggets recibirán a los Spurs en el Pepsi Center como es ya de costumbre sin sentirse dar por perdido un partido antes de jugarlo.
